El salón estrella se encontraba abarrotado aquella noche ante el espectáculo que estaba a punto de desarrollarse, en una esquina del ring Daniel esperaba llevar por segunda semana consecutiva el cinturon de honor para su club en la temporada Diamante vs Zafiro, él era un atractivo hombre de estatura alta, tez blanca y cabellos rubios. Vestía esa noche con un ceñido pantalón color verde que acentuaba su musculosas y robustas piernas y marcaba un jugoso paquete.
Buscando la revancha el pelirrojo Salem deseaba lograrse con la victoria de su Club y poder serguir con la racha de suerte. Tenía su pálido cuerpo a la mirada de todos mientras un pequeño calzón apenas podía sostener su carne genital.
El comentarista inició dando un breve resumen de los acontecimientos en la semana pasada mientras los adversarios se dirigían miradas duras entretanto descubrían sus cuerpos y sus posibles debilidades.
Daniel sólo tenía en mente conseguir la victoria y asegurar el mes de marzo para su club.
Salem, como capitán de equipo simplemente recordaba en la reunión minutos antes su misión: tenía que destrozar a su rival.
La lucha empezó con Daniel tratando de derribar a Salem con un fallido golpe en la entrepierna, levantó el pie pero Salem lo bloqueó a tiempo sosteniéndolo en el aire, apretó el puño y lo impactó con fuerza contra la atractiva cara de Daniel, el hombre perdió el equilibro y cayó sobre su trasero.
Salem se lanzó sobre él y comenzó a regalarle una lluvia de puñetazos. Tomando aire Daniel pudo defenderse y apartó a Salem de él con un gancho en la nariz y una patada al pecho. Salem se separó y, desde el suelo Daniel le dio una patada en la cara. Dio un brinco y pudo ponerse de pie.
El miembro diamante caminó hacia el vulnerable Salem y este se lanzó sobre sus piernas, a Daniel no le dio tiempo de defenderse cuando ya el capitan del Club Zafiro sonaba sus testículos con un puñetazo.
Daniel rugió mientras arrugaba el rostro y se dobló agarrando con dolor sus pulverizadas bolas. Salem lanzó un salvaje grito y pateó en la espalda al rubio y fornido combatiente.
Salem agarró a Daniel del cabello obligándolo a levantar, el rubio cedió, se quedó mirando fijo al pelirrojo competidor del Club Zafiro que levantaba el brazo con el puño cerrado dispuesto a partirle la nariz con un sólido golpe, Daniel reaccionó a tiempo y aferrándose al hombro de su rival levantó la rodilla rápidamente contra su ingle. Salem lanzó un grito abandonando todo intento de golpe y cayó a un lado sobándose los frágiles testículos mientras Daniel quedaba encorvado recuperándose.
Daniel se concentro en salir de su letargo a causa del dolor de huevos y Salem rápidamente se recuperó. Se levanto del suelo y caminó hacia el desprevenido rubio, observó que tenía las piernas abiertas y le dio un puntapié en las bolas que lo hizo despegar los pies de la lona y chillar de dolor. Daniel rodó por el suelo llorando agarrándose la entrepierna. Salem corrió hacia él y le lanzó una patada en la cabeza. Enseguida Daniel perdió el conocimiento.
Salem se colocó encima de él y espero impaciente el conteo final del arbitro pese a las protestas de miembros del Club Diamante.
Esa semana el Club Zafiro se llevaba el cinturón de honor a su casa, decretando para la siguiente semana el desempate del mes para uno de los club.
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