—¿Quien será el responsable de la pelea esta noche? —le preguntó Mario, capitán del grupo.
—Será un hombre responsable —argumentó Alí—, tenaz, fuerte guerrero y estoy seguro que nos dará la victoria de este mes —era más que obvio que el jefe del club estaba nervioso, perder el primer mes de la temporada sería una humillación—. Estoy muy seguro que todos aquí son destacados y cualquiera puede ganar la batalla de hoy, pero he decidido que el encuentro de esta noche seas tú Thomás quien se enfrente al luchador del equipo Zafiro.
El aludido apretó los labios y afirmó con la cabeza aceptando la fuerte responsabilidad asignada para esa noche, asegurar la victoria del mes, desempatar con el club contrario y llevarlo a la posible eliminación en Abril. Thomás tenía cinco años como miembro del club, era un hombre de estatura alta, corpulento y calvo.
—Quiero que estés tranquilo, Alí —dijo—, esta noche mantendré el cinturón en el club y el otro mes los eliminamos.
Los demás miembros del club aplaudieron y le dieron ánimos frotando su espalda, Mario dirigió una mirada a Alí y en sus ojos quiso expresar que le daba gracias por la confianza otorgada. Pues Alí deseaba que fuera él el responsable esa noche de la pelea pero Mario le pidió que atribuyera la responsabilidad en sus demás guerreros, ambos conocían la fuerza del equipo Zafiro pero ellos también resultaban tan letales como ellos.
Mario pensaba que de los labios de su amante saldría su nombre, verdaderamente agradecía que escogieran a otro miembros permitiendo el cambio de fuerza en el grupo.
Thomás anunció que saldría de la oficina para ir a cambiarse, seguidamente Alí usó la computadora mientras los otros miembros del equipo realizaban comentarios relacionados con la batalla decisiva del mes por esa noche. Al poco tiempo Alí exclamó una carcajada mientras veía la pantalla del computador llamando la atención de los muchachos y era porque Cristóbal el director del club rival había asignado por segunda vez en la temporada la pelea a su capitán del grupo Salem.
—Te lo dije —rió Mario—. Cristóbal no querría arriesgarse y mandaría en la pelea de esta noche a su capitán. Creyó que tú jugarías igual juego.
—Lo que me sorprende es que ya Salem perdió la semana pasada —opinó Alí—. Sería un error garrafal si pierde esta noche otra vez... ¿Qué digo? Ese pelos de zanahoria va a salir derrotado esa noche.
—Tengo fe en Thomás —dijo Hector, uno de los luchadores jóvenes del club Diamante—, es un hombre poderoso y se ganará el respeto si nockea al capitán Zafiro.