miércoles, 11 de enero de 2017

Rubi vs Zafiro: Alan vs Salem (1/3)

   —Alan, como tú trajiste a este nuevo miembro serás tú quien dé el debut del equipo —ordenó Adalberto.

   Nick dio una leve patada al suelo, quería ser él quien iniciara la pelea debut del 2017.

   Alan asintió con la cabeza y abandonó la oficina cargando un bolso, Adalberto se quedó subiendo sus datos al departamento de internet de la empresa.

   —Alan fue a prepararse para la pelea —le explicó Sergio a Andrés—, la empresa tiene que cerciorarse que no esté bajo efectos de droga o alcohol —Andrés asintió con la cabeza—, o que esté usando un tipo de protección en sus partes.

   —¿En sus partes? —repitió Andrés doblando las cejas.

   —Ya salió publicada la apuesta —anunció Adalberto apretando los labios.

   —¿Quien va a iniciar el debut del club Zafiro este año? —quiso saber Nick.

   —Salem.

   —Maldito pelos de zanahoria es muy fuerte. Tenías que haberme dejado a mí, Adalberto.

   —Superalo, Nick —indicó Asad—. Sólo vamos a desearle éxito a Alan.

   —La apuestas se inclinan a nosotros pero Salem no está muy alejados. Vamos ya a Sala Cristal.

   Los miembros del club Rubí abandonaron la oficina y subieron en ascensor hacia el piso superior donde se efectuaría el combate. Allí ya estaban los integrantes del equipo Zafiro. Se ubicaron en su respectivos puestos y Sergio detalló a Andrés la características de cada miembro eran rudos y fuertes.

   Su luchador era un hombre extremadamente alto de tez muy pálida y con los cabellos rojos. Usaba un calzoncillo negro.

   Por su parte Alan ya estaba en la arena, tenía el torso desnudo y una licra negra.

   En el lugar estaban los camarógrafos que transmitirían para internet y un comentarista:

   «Hoy marcamos el debut por este año de los Club Rubí y Zafiro. El 2016 vivimos un año difícil donde cada mes un club robaba el Gran Honor al otro. Rubí se quiere mantener invicta pero Zafiro está dispuesta a eliminarla de la categoría 5».

   Eran las palabras del comentarista, seguido dio detalles de los luchadores a enfrentarse, Salem tuvo muchas victorias en 2016 pero Alan no se quedaba atrás. Finalmente la pelea inició.

   —¿Con qué luchador me enfrentaré? —quiso saber Alan con una sonrisa burlona en su rostro—. Porque aquí sobre la arena no hay más hombre que yo —se tocó la entrepierna e hizo un movimiento sensual con las manos.

   Su compañeros de equipo lo aplaudieron mientras Salem apretaba los puños malhumorado.

   Con un repentino grito, Alan dio un movimiento obvio para patear la entrepierna de Salem, el pelirojo estaba listo para ello, y trató de apoderarse del cuerpo que se dirigía a él, pero el movimiento de Alan era sólo un engaño... El miembro del club Rubí dió un sorprendente salto acertando una patada en la cabeza a Salem. La bota de Alan dio de lleno contra Salem que emitió un gemido, sus manos dejaron de proteger su entrepierna que había intentado defender para agarrarse la cabeza.

   Alan continuó su éxitoso ataque con una patada lateral al torso de Salem. El pelirojo cayó al suelo de espaldas. Alan no perdió tiempo y dio un paso hacia el hombre dispuesto a acabar con él. Intentó dar un pisotón a los testículos de Salen pero cuando se disponía a hacerlo el guerrero pelirojo lanzó una patada en la rótula izquierda de Alan, haciendole daño en la rodilla.

   La pierna de Alan se dobló y él gritó. Salem logró ponerse de pie de un salto y golpeó a su rubio rival con varios puñetazos en la cara y al abdomen. Alan se fue al piso con la boca ensangrentada y el cuerpo magullado. Su pierna le dolía horrores, tenía que defender el honor de su club en pleno debut del año.

   Salem estaba tan ocupado en ganar el encuentro y en fulminar a su rival que apenas se dio cuenta que Alan se estaba recuperando. Salem saltó sobre él tratando de golpear su cara, y Alan retomó la fuerza y levantó la pierna estrellando una patada en las bolas del pelirojo, el par de cojones saltaron en el escroto chocando con la pelvis. Salem dio un grito y retrocedió con la cara desfigurada por el odio.

   —Parece un cara de tomate —rió Sergio desde su asiento con sus amigos.

   Alan se posicionó en guardia para defenderse, pero algo le decía que iba a perder, su pierna izquierda le dolía con urgencia, el hueso le habia sonado con el golpe. Salem se precipitó sin importarle la pose defensiva de Alan. Se abalanzó para incrustar una nueva patada en la rótula izquierda, Alan lanzó un grito agudo. Mientras se quejaba adolorido su rival Salem le levantó la pierna izquierda en el aire haciéndole lucha por mantener el equilibrio a un pie, así el pelirojo clavó una patada en las bolas expuestas de Alan tan fuerte como pudo.

   Clavó su pie desnudo una, tres, cinco veces.

   Alan había quedado sin fuerzas para defenderse, por ahora sólo estaba babeando, sus ojos habían perdido el foco y sus bolas se habían hinchado al doble de su tamaño.

   Cuando Salem lo soltó el muchacho convaleciente cayó al suelo llorando y agarrándose los testículos. Salem lo miraba con desprecio, se inclinó sobre él y le aplicó una llave, el referí que presenciaba la pelea inició el conteo para finalmente decretar la victoria del club, el ganador del debut del año se lo llevó Zafiro que desde sus asientos celebraron con emoción.

   —¡A la mierda! —dijo Adalberto, tenía amargura en su voz y golpeó con el puño la mesa. Se levantó de la silla y abandonó la estancia sintiéndose humillado.

   Los otros miembros del club Rubí estaban cabizbajos y con expresión melancólica en la cara.

   —Muchachos, vayan a recoger al  que nos regaló la derrota —ordenó Nick.

   Asad y Sergio se dirigieron a la arena para buscar a Alan que no tenía fuerzas para ponerse de pie.

   Andrés echó una mirada a los miembros del Club Zafiro, todos se mostraban felices mostrando el orgullo de la victoria. Incluso las palabras del comentarista parecían insultos.

   «De esta manera el club Rubí no pudo mantener su fuerza y arrogancia y comienza el primer encuentro del año perdiendo. Tendremos que esperar hasta el proximo miércoles sin consigue una victoria o si se pone en riesgo este mes ante el Club Zafiro».

   Por último dirigió la mirada a Salem que con aires de triunfo sostenía el Cinturón de Honor.

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