miércoles, 25 de enero de 2017

La lucha millonaria: (Rubi Vs Zafiro) Andres vs Saul


I
   Sergio había manipulado la tablet del escritorio de Adalberto y todo ello para tener una videoconferencia con el jefe del club Rubí, sus miembros estaban sentados ante la pantalla del equipo mirándole el rostro:

   —Honestamente no tenía ganas de asistir esta noche a la empresa, no estoy de ánimos al perder la victoria de este mes. Muchachos, quiero que entrenen duro. Si perdemos febrero nos eliminarán y es muy difícil comenzar desde cero en la categoría 1.

   —Adalberto, en otras ocasiones te has interesado por la lucha millonaria —dijo Asad.

   Alan y Nick estaban sumidos en el silencio por la reprochable derrota que habían tenido semanas atrás.

   —Sí me han interesado pero no en estas circunstancias de eliminación.

   —¿Quien va a luchar hoy? —le preguntó Sergio.

   —¿La verdad? Quien de ustedes quiera. No me interesa. Es más si ganan el dinero quedenselo. No lo quiero.

   Los miembros guardaron silencio observando la meláncolia del jefe. Fue Andrés quien habló:

   —Adalberto, permíteme luchar y recuperar el honor del club esta noche. Soy el más nuevo y necesito entrar en acción para que me vean. Quiero que los idiotas de Zafiro vean de qué estoy hecho.

   —¿Estás seguro que quieres participar? —interrogó Asad—. Prefiero que el mes lo cierre alguien con experiencia.

   —Déjalo tranquilo —dijo Adalberto—, si en las últimas semanas los experimentados dieron una muestra bochornosa —Alan y Nick clavaron la mirada al suelo—, dejemos que alguien nuevo se muestre. Al fin y al cabo no tenemos nada que perder, ya por este mes estamos jodidos. Quiero ver de qué estás hecho Andrés, destácate. Sergio, esta noche el capitán del equipo serás tú.

   —Pero siempre soy yo —reclamó Nick.

   —No estás en condición de reclamar —negó Adalberto—. Es más, desde hoy su capitán será Sergio. Espero que devuelvas el honor al club, Andrés. Seguiré el evento por internet.

II

   Desde la oficina del Club Zafiro sus integrantes sostenían una reunión con Cristóbal, quien se mantenía optimista.

   —Muchachones, esta noche cerramos nuestro mes de triunfo —decía—, los ánimos en el club de las rubíes están acabados. Valería, la chica que está en la recepción me dijo que Adalberto está en depresión y no ha venido a la empresa desde la derrota del otro miércoles.  Hoy tenemos que ganar para terminar de fulminar con los caras de niñas de Rubí.

   —Me apunto para la lucha —dijo Salem—, Adalberto no se atreverá a enviar otra vez a Nick, lo debe tener castigado. Hoy me enfrento y arracancaré cabeza.

   —Eh, no —negó Cristóbal sonriendo—. Hoy le daré el honor de pelear al último participante que nos regaló la última pelea millonaria que fue en noviembre. Saúl serás tú, ese mes diste una pelea valerosa contra el turco Asad, lo derrotaste en menos de tres minutos.

   —Sí me siento capaz de eso y más —afirmó Saúl, un joven de tez blanca y cabellos claros. Sostenia su franela con orgullo—, me apunto a creer que el árabe querrá hoy la revancha.

   —No me importa la revancha. Sólo quiero que cerremos el mes terminando de humillar a las rubíes y con un maletín lleno de dolares sobre este escritorio. Compré Champagne para que celebremos.

   —¿Dónde lo tienes? —quiso saber Diego abandonando su asiento.

   —Está en la nevera —respondió Cristóbal—, pero será para celebrar después de la batalla.

III

   La sala Estrella era un iluminado estudio dentro del edificio de Gema, ahí cabian decenas de personas que ya estaban ahí esperando la pelea. El iluminado lugar tenía focos con potentes luces, grandes pantallas y la estructura necesaria para brindar eventos de altura. Poco a poco los retadores fueron llegando aguardando el inicio del combate. Andrés usaba un ajustado traje de malla que resaltaba robustas piernas y un gran trasero, su torso era fuerte y musculoso. Saúl tenía el blanco y duro cuerpo semidesnudo; oculto sus genitales por un calzón blanco se sorprendió al ver a su rival pero lo menospreció con la mirada cargada de soberbia.

   Sergio ocupó el puesto de Adalberto además de sostener en el brazo una cinta roja con el estampado de un rubí indicando con eso que era el nuevo capitan, Nick se había enfurecido con él por esa decisión.

   Cristóbal sonrió con malicia al ver que Sergio portaba la cinta.

   —Adalberto siempre será predecible —indicó a Salem, capitán de su equipo—. Observa el brazo de Sergio.

   Ambos rieron con descaro humillando a más no poder a Nick.

   Se decretó el inicio del encuentro.

miércoles, 18 de enero de 2017

Rubi vs Zafiro: Nick vs Diego (2/3)

I

Cristóbal era el jefe y director del Club Zafiro, quien había resultado ganador la semana pasada poniendo en riesgo al Club Rubí, según las reglas de la empresa si durante dos meses consecutivos un Club obtenía la victoria automáticamente eliminaba de la categoría a su contrincante.

   Cristóbal rondaba los cuarenta y tantos años era atractivo y rubio. Vestía esa noche una franela azul, chaqueta de piel y jeans ceñidos aspecto que lo hacía lucir joven. Estaba en la oficina de su Club con paredes blanca, decoraciones azules y distintos trofeos, sobre su escritorio reposaba el Cinturón de Honor obtenido la semana pasada.


   —Tenemos que ganar hoy, muchachones —decía a sus miembros—, el último año nos fue difícil eliminar a las rubíes un mes ganaban ellos otro nosotros. Hoy me siento optimista. Tenemos que ganar para asegurar enero. Ni siquiera la batalla millonaria me interesa tanto, quiero la victoria de hoy a como dé lugar.


   —Es seguro que el caballo de batalla de Adalberto será Nick —opinó Gabriel, un joven guapo que manejaba una motocicleta—. Eso lo puedo jurar.

   —Yo también lo aseguro —afirmó Cristóbal—, Adalberto es muy predecible —posó su mirada en el pelirojo Salem—, mi amigo, eres muy bueno y no quiero desgastar tu imagen o energía para este mes. Hoy necesito a un luchador cuya presencia sea la necesaria para enloquecer a Adalberto apenas vea las apuestas cuando salga publicada en unos minutos.


   —¿A quien pondrás a luchar, Cristóbal? —preguntó Gabriel.

   Los ojos de Cristóbal se posaron sobre Diego, un hombre promesa de las peleas, su aspecto contagiaba temor y desconfianza. Años atrás había tenido problemas de delincuencia y drogas pero todo eso había quedado atrás. Diego estaba sobre una silla, era de tez blanca, cabellos desaliñados y castaños, usaba una camiseta y jeans.


   —El encuentro de hoy es importante para la empresa y nosotros —continuaba Cristóbal—, será transmitido vía internet y para televisión, se desarrollará en sala Estrella y el público está comenzando a llegar. El luchador que mantendrá el honor de nuestro Club esta noche serás tú Diego.


   —Para mí será todo un honor, Cristóbal —afirmó Diego sin demostrar emocion alguna.

   —Debes ser estratégico —afirmó Cristóbal—, no tengo dudas que Adalberto escogerá hoy a Nick y todos sabemos lo fuerte que es pero conocemos que su mayor debilidad —Cristóbal se apretó el bulto en su pantalón—…  son sus bolas. Nick las tiene de cristal así que ya sabes donde debes golpear.

miércoles, 11 de enero de 2017

Rubi vs Zafiro: Alan vs Salem (1/3)

   —Alan, como tú trajiste a este nuevo miembro serás tú quien dé el debut del equipo —ordenó Adalberto.

   Nick dio una leve patada al suelo, quería ser él quien iniciara la pelea debut del 2017.

   Alan asintió con la cabeza y abandonó la oficina cargando un bolso, Adalberto se quedó subiendo sus datos al departamento de internet de la empresa.

   —Alan fue a prepararse para la pelea —le explicó Sergio a Andrés—, la empresa tiene que cerciorarse que no esté bajo efectos de droga o alcohol —Andrés asintió con la cabeza—, o que esté usando un tipo de protección en sus partes.

   —¿En sus partes? —repitió Andrés doblando las cejas.

   —Ya salió publicada la apuesta —anunció Adalberto apretando los labios.

   —¿Quien va a iniciar el debut del club Zafiro este año? —quiso saber Nick.

   —Salem.

   —Maldito pelos de zanahoria es muy fuerte. Tenías que haberme dejado a mí, Adalberto.

domingo, 8 de enero de 2017

¿Que es Cinturon de Honor?

   Andrés caminaba junto a su amigo Alan por los pasillos de la empresa Gema, un sitio importante dentro del mundo de la lucha. Él vestía con una gorra y franela de color negro, además de un pantalón al estilo militar de tono verde oliva.

   Su amigo Alan quien lo había ayudado a conseguir el empleo le hablaba:

   —Sólo espero que como lograste aprobar el período de prueba puedas aprobar la etapa de golpes reales que es la más importante y con la que te van a pagar —usaba una camiseta amarilla y un pantalón de malla color negro. Era alto y con mechones rubios sobre el cabello negro. Caminaron hasta detenerse en una puerta que tenía el logo con una piedra preciosa—. Ahora sí, Andrés, bienvenido al Club Rubí.

   Alan abrió tras presentar en el sensor una tarjeta con el logo de un Rubi, la puerta permitio el paso a una oficina donde estaban un grupo de hombres. Dieron los respectivos saludos y  Alan lo hizo sentar ante un escritorio.

   —Me siento intimidado —bromeó Andrés.

   —Verdaderamente lo estarás —aseguró con una sonrisa Alan, ocupo un lugar en la pared donde se cruzo de brazos.